Congregación religiosa fundada en Roccalumera por los Siervos de Dios Francisco Maria de Francia y Verónica Briguglio, está presente actualmente en Italia, Polonia, Slovacchia y Colombia: Riohacha, Mogotes(S.S.), Medellìn y Bogotà.

martes, 14 de julio de 2009

Un momento di nuove speranze

NICOLOSI, Italia Los primeros días de nuestro Capitulo de las esteras estuvimos empeñadas en la reflexión sobre cómo estamos viviendo nuestro Carisma, vimos la situación actual de la Congregación y la necesidad que tenemos de volver siempre a radicarnos en el Corazón de Cristo que debe ser nuestra morada habitual. Sucesivamente nos detuvimos en el análisis de la expresión del Carisma en las diferentes obras que se han llevado a cabo y en las que actualmente se realizan en el Instituto.
En asamblea compartimos la alegría de ver cómo nuestro carisma tuvo la fuerza para pasar las fronteras de Italia y extenderse hacia Colombia, Polonia y Eslovaquia. En clima de familia pudimos manifestar las dificultades que frenan su desarrollo y nuestra perplejidad cuando constatamos que por querer responder a tanta pobreza que se encuentra en los lugares donde estamos, esto particularmente en la delegación de Colombia, se penaliza la vida fraterna.
Tuvimos momentos fuertes de comunión también en la recreación que nos reunió para gozar de la interculturalidad; la riqueza y la unidad en la diversidad abrió el corazón y los horizontes de quienes fueron dóciles a la participación y al mutuo compartir.
Dando una mirada de conjunto a los días transcurridos en nuestra casa de espiritualidad, nos damos cuenta de que el Señor permitió esta reunión que fue como una sacudida que nos infunde nueva vitalidad y nuevas esperanzas y nos lanza con ánimo a nuestras fraternidades. Somos concientes de que no es fácil poner en pràctica nuestros propósitos, pero queremos retar la fatiga de la mutua aceptación y mantener viva la llama de la fidelidad; en esto nos ayuda la oración reciproca que surgió también como fruto de la asamblea. Se despiertan en todas nosotras sentimientos de gratitud primero que todo hacia Dios, autor de todo bien y hacia las hermanas que prepararon la acogida, las conferencias, la liturgia, la logística, la recreación. Regresamos a nuestras comunidades motivadas fuertemente por el deseo de mantener despierto el don que nos dejaron nuestros Fundadores, convencidas de que, adornando cotidianamente nuestras pequeñas acciones con la caridad y la humildad, nuestra vida fraterna podrá ser de verdad vida evangélica, que transparenta la presencia del Misericordioso entre nosotras.

1 comentario :

luz capuchina dijo...

serà que proximamente las hermanas de Colombia seremos Sacerdotisas?

Hay muchos por hacer, pero lo esencial, a veces se pierde!
Que nunca perdamos de vista que lo que nos hace Capuchinas es vivir en comunidad, viendo a Cristo en la humanidad, para que el mundo nos crea!