Congregación religiosa fundada en Roccalumera por los Siervos de Dios Francisco Maria de Francia y Verónica Briguglio, está presente actualmente en Italia, Polonia, Slovacchia y Colombia: Riohacha, Mogotes(S.S.), Medellìn y Bogotà.

martes, 20 de julio de 2010

Celebrando 200 años del grito de independencia


BOGOTÁ, Colombia En el día de hoy, estamos conmemorando los doscientos años del grito de independencia que marcó el inicio explicito de una serie de batallas entre el ejército español y el ejército criollo, estas batallas se extienden durante 9 años, hasta que finalmente, el 7 de agosto de 1819, con la batalla de Boyacá, el gobierno español debe darse por vencido.
Pero en realidad, el hecho de haber surgido como república independiente no aportó a los colombianos una paz duradera, como tampoco condiciones de justicia y desarrollo equitativo. Si analizamos nuestro entorno, podemos afirmar que la verdadera independencia y libertad ha sido siempre esquiva para nuestra nación, ya que el fin de un poder ha dado espacio a otros poderes no menos tiranos y opresores que no permiten vivir a los colombianos como ciudadanos libres. Las luchas violentas entre compatriotas no han secado en estos doscientos años de historia. Actualmente los varios grupos alzados en armas siembran desolación y desconfianza en muchas regiones del país, el acelerado crecimiento de las urbes aumenta considerablemente el desempleo, la miseria y la inseguridad.
Pero en medio a este panorama de desencanto, hay muchísimas iniciativas de solidaridad, signos de hermandad, semillas del Reino de Dios. Porque realmente, antes de ser ciudadanos colombianos, somos miembros del pueblo de Dios y tenemos la certeza de que, puesta nuestra fe en El, seguirá encendida la esperanza de un futuro más fraterno, más pacífico y más humano.

martes, 6 de julio de 2010

Profesión temporal de Alderis y Carolina

BOGOTÁ, ColombiaRogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Lc 10,2) al ritmo de esta imploración que la Iglesia elevó el pasado domingo 4 de julio, Alderis Sabina Mejía Pérez y Diana Carolina Luis Salinas emitieron la profesión temporal, en la parroquia de San Pascual Bylón de Bogotá en la Eucaristía presidida por Monseñor José Roberto Ospina Leongómez.
En la homilía Monseñor enfatizó la grandeza del misterio de Dios que sigue conquistando, seduciendo y atrayendo a sí nuestro corazón con su irresistible belleza. Lo fantástico de una profesión religiosa es descubrir la capacidad que tiene Dios de seducir el corazón de una persona, como nos lo comunicaba el profeta Oseas en la primera lectura: “Yo la atraeré a mí, la llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 2,14) el misterio está aquí, en hablarse íntimamente al corazón y quedar el uno atrapado por el Otro; Dios atrapa hablando al corazón, es decir, haciendo experimentar la maravillosa realidad de no vivir más para uno mismo, de “considerar todas las cosas como basura comparadas con el conocimiento de Cristo” (Fil 3,8).
Lo más bello que le puede suceder a una persona, continúa Monseñor, es conocer a Cristo y la fuerza irresistible de su amor por lo cual es capaz de arriesgarlo todo y abandonarse en sus manos. Pero en este camino de seguimiento se encuentran muchos distractores, de ahí que Jesús en el Evangelio dice a sus discípulos que los envía “como ovejas en medio de lobos” (Mt 10,16a), los lobos son las realidades que encontramos en nuestra vida consagrada y amenazan con debilitar la generosidad y entrega: la televisión, el ambiente laxo, el consumismo, etc. La fidelidad se mantiene siempre y cuando haya una unión íntima con El que asegura a sus discípulos la capacidad de caminar “sobre serpientes y escorpiones sin que les hagan daño” (Lc 10,19).
Concluyendo sus exhortaciones, el Señor Obispo, invitó a todos los presentes a orar por estas jóvenes que consagran su vida a Dios en el servicio de la Iglesia y a apoyarse entre ellas mutuamente, viviendo la fidelidad en las pequeñas cosas en las cuales uno se puede ejercitar para ser fiel en las cosas grandes.
Terminada la Eucaristía, nos reunimos en nuestra casa para un sencillo, alegre y fraterno compartir; con el corazón lleno de júbilo elevamos nuestra gratitud a Dios por el don de estas dos nuevas hermanas.